Laura Garcia Vitoria

Territorios del conocimiento/Territoires de la connaissance Sociedad del conocimiento/Société de la connaissance : les regards sur l'identité personnelle et professionnelle dans la société de la connaissance

11/25/2007

Abbaye Saint Victor (Marseille)

Notre Dame de la Garde

Paseando por Marsella

La Ascensión a Nuestra Señora de La Guardia (Marsella)

Subiendo, Eolo acaricia mi rostro y ondea mi cabello, mientras que los árboles del parque del Abad DASSY (1) susurran en mis oídos músicas e historias de otros tiempos que resuenan y se declinan en los nuevos territorios que dibujo en mis sueños.
Desde lo alto de la basílica descubro el mar abierto con el viejo puerto, que nuestra señora con su hijo en brazos observan atentos. Doy vueltas y vueltas y vueltas, bailando con el viento descubro que giro y giro y giro formando un círculo, el mismo que dibuja Marsalia (2), Neptuno y Eolo al abrazar el centro de la basílica, el mismo que describen el viento y mis pensamientos.
1 - Fundador del Instituto de jóvenes ciegos que murió en 1888
2 - Marsella nacio del fruto de un amor entre la Hija del rey local (Marsalia) y Pythéas

Imágenes:
· Picaporte de la Puerta de la basílica


· Tres columnas de la entrada de la basílica


· Paseando por Marsella
· La Abadía de San Víctor : Nuestra señora de la sabiduría – San Jean Cassien, fundador de la Abadía de Saint Víctor
http://www.jesusmarie.com/jean_cassien.html


11/18/2007

La lección de Toffelr: «confiar en el conocimiento»


Alvin Toffler acaba de dar, en su último libro “La riqueza revolucionaria”, una sorprendente y ejemplar lección de modestia a numerosos economistas y a sus análisis “obsoletos” e “inadecuados”. Uno de sus principales capítulos se titula: “Confiar en el conocimiento” y se explica evocando la mayor mutación que será la de la generación a venir y que se impondrá a todos los territorios: “bruscamente, un sistema de riqueza diferente aparece, que depende de las modificaciones espectaculares de nuestras relaciones con el tiempo y el espacio, pero también de una tercera fundamental: el saber”
“Toma en este sentido la riqueza revolucionaria del mañana en la oferta global de conocimiento (OGC)», pero tal reto prospectivo se perfila en muchos casos más temible de lo que algunos puedan pensar
En efecto, señala el autor del “choque del futuro” (1974) – que tanto ha formado y tanto ha hecho reflexionar a muchos de entre nosotros -: «No estamos solamente aumentando la OGC” - el reto sería menos duro -, «Transformamos también sus modos de organización, de acceso y de distribución”
En particular, “los sistemas hasta ahora dominados por los acercamientos occidentales de la lógica y del pensamiento serán pronto enriquecidos por epistemologías diferentes y métodos de organización de ideas más variadas, a medida que progresamos hacia un metasistema mundial de conocimiento”
Para una colectividad local y para los actores económicos y culturales que tienen que asegurar la atractividad territorial, es ahí lo que está en juego precisamente y lo importante para un territorio abierto es gestionar a diario – y no solamente frente a las diferentes poblaciones venidas de otros horizontes culturales – los sincretismos a todos los niveles de decisión.
Así pues debemos retener la lección de Toffler acompañando a los actores locales en sus análisis prospectivos: «estamos transformando la relación de la riqueza, bajo todas sus formas, con lo fundamental y profundo que constituye el saber”

11/01/2007

La leçon de Toffler: «faire confiance à la connaissance».

Alvin Toffler vient de livrer, dans son dernier ouvrage intitulé «La richesse révolutionnaire», une surprenante et exemplaire leçon de modestie à nombre d’économistes et à leurs analyses «obsolescentes» et «inadéquates». L’un de ses principaux chapitres s’intitule: «Faire confiance à la connaissance» et il s’en explique en évoquant la mutation majeure qui sera celle de la génération à venir et qui s’imposera à tous les territoires: «Brusquement, un système de richesse différent apparaît, qui dépend des modifications spectaculaires de nos relations avec le temps et l’espace, mais aussi d’un troisième fondamental profond: le savoir».

C’est à l’offre globale de connaissance (OGC) que puise à son sens «la richesse révolutionnaire» de demain, mais un tel défi prospectif s’avère dans bien des cas plus redoutable à relever que d’aucuns ne pourraient être amenés à le penser.
En effet, souligne l’auteur du «Choc du Futur» (1974) - qui a formé et tant fait réfléchir nombre d’entre-nous -: «Nous ne sommes pas seulement en train d’augmenter l’OGC» - le chalenge serait moins rude -, «nous transformons aussi ses modes d’organisation, d’accès et de distribution».

Plus précisément, «des systèmes jusqu’ici dominés par les approches occidentales de la logique et de la pensée seront bientôt enrichis par des épistémologies différentes et des méthodes d’organisation des idées plus variées, au fur et à mesure que nous progresserons vers un métasystème mondial de connaissance». Pour une collectivité locale et pour les acteurs économiques et culturels qui ont à assurer l’attractivité territoriale, c’est là très précisément l’enjeu majeur d’un territoire ouvert: gérer au quotidien - et pas seulement face à des populations venues d’autres horizons culturels - des syncrétismes à tous les niveaux de décision.

Aussi, devons-nous retenir la leçon de Toffler en accompagnant les acteurs locaux dans leurs analyses prospectives: «nous sommes en train de transformer la relation de la richesse, sous toutes ses formes, avec le fondamental profond que constitue le savoir».